La Dra. María José Galotto, académica e investigadora Usach, lidera proyecto orientado al desarrollo de envases de yogurt con menor impacto medioambiental y aplicando el concepto de economía circular cerrada. En la iniciativa participan Reciclajes Cono Sur, Coexpan, Colún, Watt´s y Soprole, y es apoyada por la Dirección de Gestión Tecnológica de la Vridei.
Reducir la generación de residuos y fomentar su reutilización, reciclaje y valorización son los grandes desafíos que fijó para los próximos años, la ley marco para la Gestión de Residuos, de Responsabilidad Extendida al Productor y el Fomento al Reciclaje.
Para enfrentar esos retos, la Universidad de Santiago de Chile ha impulsado diversas iniciativas, entre las cuales se encuentra “Aplicación del modelo de economía circular para la industria láctea: desarrollo de envases para alimentos a partir de poliestireno reciclado posconsumo”, la cual es liderada por la Dra. María José Galotto, investigadora del Centro de Innovación en Envases y Embalajes, Laben Chile, y académica del Dpto. de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Facultad Tecnológica.
El proyecto partió en abril pasado, luego de adjudicarse financiamiento en el Concurso IDeA I+D 2021 de la ANID. Su objetivo es crear un nuevo material para envases de yogurt, a partir del poliestireno (PS) reciclado posconsumo proveniente de potes del lácteo, con propiedades físico-mecánicas compatibles con el sistema de producción actual, que garantice la inocuidad de los alimentos envasados y la recircularidad de la estructura desarrollada.
Junto a la Dra. Galotto, participan los investigadores y las investigadoras de Laben Chile, Dr. Abel Guarda, director de este Centro; la Dra. Ana Carolina López, el Dr. Eliezer Velásquez; la profesional Ximena del Carmen Valenzuela y alumnos de pre y postgrado del área de la Ciencia, Tecnología e Ingeniería de Alimentos.
Reciclaje y economía circular con impacto en la industria láctea
Esta propuesta de investigación nace para dar una respuesta concreta a una de las disposiciones de la ley marco antes mencionada.
Se trata de la Ley de Responsabilidad Extendida al Productor (REP), que “obliga a las empresas que ponen un producto en el mercado a hacerse responsable de los residuos que generan los envases y a la vez, buscar su valorización para que pasen a ser materia prima secundaria. Así, el residuo se transforma en un recurso que vuelve al mismo círculo de donde proviene y se fomenta la economía circular en la industria”, explica la Dra. Galotto.
En esa línea, el proyecto “plantea la posibilidad de reciclar, valorizar y ocupar como materia prima secundaria el poliestireno posconsumo para crear nuevos potes”, resalta, entendiendo que hoy los envases de lácteos culminan su vida útil en el primer uso.
Otro de los desafíos que aborda son los procesos de reciclaje y de transformación de ese material para “obtener las mismas propiedades y resistencia mecánica que el poliestireno virgen de primer uso, además de poder garantizar su inocuidad alimentaria, a través de la definición de nuevas estructuras”, precisa.
Fomentando la vinculación con empresas
Un aspecto clave para el avance del proyecto, es pasar de las pruebas de reciclado y medición de los niveles de contaminación del material realizadas en el laboratorio, a efectuar un escalamiento de la tecnología en una planta transformadora, lo cual tendría lugar en enero de 2023.
Para el logro de estos hitos, ha sido relevante vincularse con empresas privadas. Es el caso de Reciclajes Cono Sur, con quien se trabaja en los procesos de recolección y transformación de potes de poliestireno que han estado en contacto con yogures y que han sido material posconsumo. Estos son envases vacíos, que fueron entregados por consumidoras/es, los que posteriormente se lavaron, se reciclaron, se separaron sus distintos materiales y ahora, se busca mejorar sus propiedades.
También se trabaja con Coexpan, empresa que producirá las láminas de plástico para crear los potes y con quien se ejecutan pruebas para validar el reciclado posconsumo. Además, participan Colún, Watt´s y Soprole “que van a utilizar los nuevos envases, llenarlos con yogurt y evaluar su vida útil. Durante ese tiempo, se tomarán muestras para asegurar la calidad del producto entendiendo que, previamente, en el laboratorio realizamos los ensayos de inocuidad alimentaria”, comenta la Dra. Galotto.
Un aspecto clave que destaca sobre la vinculación con organizaciones, es conseguir el desarrollo de tecnologías con TRLs (Technology Readiness Level) más altos. “En los testeos de laboratorio se alcanzan TRLs 2, 3 ó 4, pero al hacerlos en las empresas, alcanzaríamos niveles de 8 ó 9. Por eso, al finalizar el proyecto y lograr los objetivos planteados, la tecnología que se va a proteger estará disponible para uso de la industria”, dice.
Por último, puntualiza que “la Universidad, a través de Laben Chile, ha puesto a disposición del país sus capacidades y competencias para que las fábricas de envases y de alimentos, se adapten a los cambios que persigue la ley REP, en donde se requiere una reingeniería de los envases para que ayuden a disminuir el impacto medioambiental y podamos incorporar el concepto de economía circular. Somos fuertes en estas áreas y no hay otras instituciones que cuenten con esas capacidades”
Todos los proyectos y resultados de investigación del Centro LABEN-CHILE, se pueden revisar en sus redes sociales y página web.
Autor: Paola Armijo
Fotografía:
Tags: Investigación
Laben Chile
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